Risotto con calabacines y langostinos

Hola amigos!  He expresado aquí en muchas ocasiones que mi afición favorita es la lectura, detrás va la cocina, así que si se unen las dos la satisfacción es total. La receta de hoy es de uno de esos libros,  en donde sus personajes,  cocinan y disfrutan de lo que cocinan y nos hace disfrutar a los lectores...tanto, que a su autora le han pedido que escriba un libro de recetas, pero paradojas...la autora no sabe cocinar, además, el protagonista de sus novelas es un señor veneciano, con una encantadora familia que adora la comida italiana, y ella, es americana. Pero lo mismo que hace que su famoso comisario Brunetti resuelva todo tipo de casos sin despeinarse, también soluciona el problema para escribir un libro de recetas sin saber cocinar. Donna León escribe el libro, pero las recetas son de su amiga Roberta Pianaro. El libro me ha resultado muy ameno, didáctico y divertido, las recetas están muy bien y hay una cosa en ellas que me ha llamado bastante la atención...y es que Roberta añade a todos sus sofritos 2 cucharadas de agua...no se la razón, digo yo si será para hacerlos más ligeros... pero sea la razón que sea, están muy buenos.

El título del libro es muy evocador "El sabor  de Venecia"

La receta está copiada del libro, mis cambios van en distinto color

Ingredientes para 4 personas

350 g de arroz Vialone Naro (variedad italiana de arroz muy apreciada para el risotto)  ( usé arroz bomba)

350 g de calabacines

50 g de cebolla picada

1 cucharadita de sal

1 cubito de caldo de carne (usé caldo de carne casero)

5 cucharadas de aceite de oliva

1 litro de agua caliente

Pimienta (usé cinco bayas)

Para los langostinos

300 g de langostinos

1 diente de ajo picado sin el corazón 

5 cucharadas de aceite de oliva

Sal 

Perejil picado

Preparación:

Pelamos los langostinos, los lavamos y los partimos por la miad en sentido longitudinal, quitamos el hilo negro que tienen en el dorso y lo apartamos, tapados.

En una cacerola amplia rehogamos la cebolla con aceite sal y dos cucharadas de agua.

Cuando la cebolla esté transparente le añadimos los calabacines, lavados y cortados en rodajas (el mío era bastante grande así que lo corté en 4 a lo largo) un cucharón de agua y un cubito ( en mi caso un cucharón de caldo)

Removemos, tapamos y guisamos a fuego medio durante 15 minutos. cuando se haya reducido vertemos el arroz y removemos. Añadimos un cucharón de agua caliente de vez en cuando sin dejar de remover.

Mientras se hace el arroz, en una sartén pequeña sofreímos el ajo, agregamos los langostinos con una pizca de sal  y los cocemos durante 5 minutos. añadimos el perejil y lo vertemos todo en el arroz, que ya estará cocido, lo mezclamos bien, molemos un poco de pimienta por encima y los servimos.

Los langostinos pueden ser sustituidos por cigalas.La receta no cambia.

Aquí queda un pedacito del libro que a su vez pertenece a la novela,  "Muerte en un país extraño" que nos muestra como la señora Brunetti removía el risotto.

"Él no dijo más, sino que pasó a la larga sala de estar y salió a la terraza. Ésta era para Brunetti la mejor hora del día, porque, desde su casa podía contemplar la puesta de sol. En los días claros por la pequeña ventana de la cocina veía los Dolomitas, pero ahora ya estarían cubiertos por la bruma. De codos en la barandilla, paseo la mirada por los tejados y las torres de la ciudad, un panorama del que nunca se cansaba. En el pasillo sonaron los pasos de Paola que volvía a la cocina, seguidos de un cencerreo de cacerolas, pero el no se movió y se quedó escuchando las campanadas de las ocho del viejo reloj  de San Polo a las que contestaron los sones graves de San Marco que, como siempre, llegaban segundos después, desde el otro lado de la ciudad. Cuando enmudecieron las campanas, Brunetti entró y cerró el balcón al aire fresco del anochecer.

En la cocina Paola removía el risotto al que, de vez en cuando, agregaba un chorro de caldo que hervía en otro fuego."