Bolo Rei

Hola amigos! Feliz Año! Deseo de todo corazón que este 2014, sea un año maravilloso para todos.

Voy a empezar el año en materia de recetas, de la misma manera como lo acabé. Un  pastel navideño típico, en este caso de Portugal. Ya comenté en la entrada anterior que el Stollen me había recordado el Bolo Rei, así que pensé que si soy capaz de hacer uno alemán...porque no uno portugués que me queda más cerca,  y que va muy unido a mi Navidad familiar. Parte de mi familia ha vivido en Lisboa, muchos años, yo he pasado allí algunas Navidades,  tengo muy grabado en mi recuerdo los escaparates de las pastelerías de toda la ciudad y sobre todo el aroma que se respiraba cuando llegaban estas fiestas. Dicen los portugueses  "que no es posible hablar de Navidad sin hablar de bolo rei", de hecho yo he seguido comprándolo, pero la calidad no es igual en todas partes y los dos últimos que compré eran un remedo del bolo que yo conozco, así que este año no lo compré, pese a que como siempre estuve en Portugal un par de días antes de la Navidad. Así  que después del Stollen, tenía que intentarlo y el resultado ha sido igual de bueno.

Curiosamente el bolo rei es de origen francés (Gâteau dês Róis)  y fue introducido en Portugal, a finales del siglo XIX, cuando el país todavía era una monarquía;  con la caída de ésta, en 1910, su existencia corrió cierto peligro a causa de su apellido, pero el pragmatismo de los confiteros portugueses, aferrándose al principio de que el negocio es el negocio y la política la política, capeó el temporal y ya se instaló para siempre en la Navidad portuguesa. A su homónimo francés le había ocurrido  lo mismo durante la Revolución Francesa, también superó los inconvenientes y también reina en estas fechas en el otro país vecino... ¡será mi próxima asignatura!

Si su origen es curioso, su leyenda no lo es menos.  Su forma y el brillo de sus frutas representaría una corona y el bolo en si los regalos que los Reyes Magos ofrecieron al Niño. La corteza sería el oro;  las frutas el incienso y el aroma representaría la mirra. La existencia de un haba en su interior, sería el resultado de la disputa que los reyes tuvieron para decidir quien sería el primero que entregaría el regalo. Un pastelero ¿Cómo no? confeccionó un pastel, coloco dentro el haba, lo dividió en tres y al que le tocó, fue el primero en entregar el regalo a Jesús. En la actualidad, y de eso si soy testigo (y paganini en alguna ocasión), al que le toca el haba, paga el bolo del año siguiente, al que le toca el regalo...es coronado rey de la fiesta... ¡eso nos suena ¿verdad?!

"Esta receta ha sido incluida en un  artículo de Twinkl  titulado  14 Dulces de Navidad que no te puedes perder"  un recorrido por los  dulces más populares de estas  entrañables fechas. 

Ingredientes:

100 g de frutas glaseadas

100 g de pasas, piñones y nueces

100 ml de Oporto (25 creo que son suficientes sobró mucho)

2 1/2 de levadura seca

1 cucharadita de azúcar (es de mi cosecha la receta original no lo trae)

100 ml de agua (creo que se debería usar menos, la masa resultó muy húmeda y tuve que añadir más harina de la deseada para amasar, la próxima vez pondré la mitad)

500 g de harina de fuerza y un poco para trabajar

1 cucharadita  y 1/2 de sal

100 g de mantequilla ablandada

100 g de azúcar glas

Ralladura de 1 limón y 1 naranja

3 huevos batidos

Una alubia grande y un regalo pequeño

Para el acabado

Glaseado de huevo (preparado con una yema batida con 1 cucharada  de agua)

10 cerezas escarchadas

Frutas escarchadas al gusto

Azucarillos troceados o azúcar mojado

Mermelada de albaricoque.

Preparación:

Ponemos a remojar las frutas confitadas  y los frutos secos picaditas  en el vino de Oporto durante unas horas o toda la noche.

Se esparce la levadura en un tazón con agua tibia con una cucharadita de azúcar. Se deja reposar 5 minutos, se remueve para que se disuelva (foto 1) Se mezcla la harina y la sal en un bol grande, hacemos un hoyo en el centro y vertemos el agua con la levadura. Con una cuchara de madera se hace caer la harina de los costados del bol y formamos con el líquido para formar una masa blanda (foto 2).

Tapamos con un paño y dejamos esponjar 20 minutos (foto 3, después del reposo)

Batimos la mantequilla con el azúcar y las ralladuras en un recipiente aparte hasta que la preparación quede ligera y espumosa. Añadir los huevos de uno en uno y batir después de añadir cada uno. Se echa la mezcla en el hoyo y se mezcla con la harina de los costados del recipiente para formar una masa blanda.

Volcamos la masa en una superficie enharinada. Amasamos unos 10 minutos, hasta que la masa quede homogénea, tersa y elástica. Añadimos las frutas bien escurridas y volvemos a amasar hasta que estén completamente mezcladas.

Colocamos la mezcla en un recipiente  limpio (foto 4). Tapamos y dejamos fermentar durante 2 horas o hasta que duplique  su tamaño. Amasamos suavemente para desgasificar y dejamos reposar 10 minutos.

Damos a la masa la forma de una  rosca, colocamos sobre la bandeja de horno. Envolvemos por separado la alubia y el regalo. Se introducen los pequeños envoltorios en la base del roscón.

Se tapa la rosca con un paño de cocina y se deja fermentar 1 hora más o menos, hasta que duplique su grosor.

Pintamos la masa  con el glaseado de huevo, decoramos con las frutas y el azúcar humedecido. Lo metemos en el horno que habremos calentado a 180ºC, y dejamos cocer unos 45 minutos hasta que adquiera un color dorado. En un cazo calentamos la mermelada hasta que se ponga líquida, después pintamos el roscón con este glaseado.  Dejamos enfriar sobre una rejilla metálica.

Fuentes:
El libro del Pan

Bolo Rei, historia y leyenda
http://en.wikipedia.org/wiki/Bolo_Rei